4.27.2008

Neón

Mis manos buscaban un nuevo color para satisfacer sus impulsos aventureros.
Tras un extraño ruido, figuras tornasol desfilaron entre mis dedos, escurriendo como un líquido viscoso sensible a mi piel y a mis anhelos.
Mis ojos comenzaban a cerrarse cuando intempestivos tus olores empezaron su recorrido por mi nariz hasta llegar a mis pulmones, donde mezclado con el oxígeno, lograron confundir a mi sistema.
Tu saliva se hizo mi saliva y tus cenizas mi legado; la prueba latente de que existes y de que yo encendí tu ser. Yo rompí las barreras de tu envoltura para descubrir tu esencia que, llena de intriga, luz, recuerdos, odio y paz y amor, cautivó mi mente, alma y cuerpo, sin dejar ver más allá de tu presencia.
El agua eliminó tu rastro, todo residuo de tu nombre, pero no se ha llevado tu efecto, ni el añoro con el que ahora aguardo por tu regreso.

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