Los minutos y las horas pasaron de prisa
y así mismo nosotros pasamos del llanto a la risa,
pasamos del vodka al tequila,
pasamos de filosofar a decir tonterías.
Pasamos de hablar a los susurros,
pasamos igual que de la noche al día,
pasamos también de abrazos a caricias;
empezamos a sincerarnos y dejamos de lado la hipocresía.
Después nos olvidamos de los demás,
del viaje, del amor, de la ironía;
comenzamos a inventarnos nuevas vidas
que no fueron más que sueños y mentiras.
Terminamos disfrutando nuestro estado
y gozamos plenamente nuestra fantasía.
Creo que alcohol, música y pasado,
me regalaron el mejor día de mi vida.
4.01.2008
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