4.09.2008

Pequeño

Odio esta maldita sensación
de que me hago más pequeño cada vez;
siento que mis huesos se hacen pequeños
dejando mi cuero colgando, aguado y asqueroso.
Mi piel empieza a reducirse cada vez más después de un rato
y comienzo a desaparecer ante la gente que me ve con repulsión.
Me hago chiquito, chiquito.
El salón se ve enorme, las paredes blancas quieren comerme. Se siente frío.
-¡Cuidado, me aplastas!-
-¡Fiu! Quieren caminar sobre mí.-
-¡Hey, espera! ¿A dónde me llevas?-
Llegas y me tomas entre tus manos y me pones sobre el escritorio; me cuidas y siento que comienzo a llenarme de nuevo de vida.
Me empiezo a inflar y parezco una pelotita de ping pong; luego un globo.
Tengo que agradecerte, porque tú me vuelves normal.

Por eso me encanta estar contigo.

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