Cuando fallecemos

Cerca del abismo de mis pensamientos
la mente se aclara y deja ver los sentimientos,
el odio, la angustia y los resentimientos
se transforman en altares por unos momentos.

Tengo que evitarlos si quiero salvarme,
no son buenos compañeros para el testamento,
ensucian la honra, ensucian recuerdos:
eso es todo lo que queda cuando fallecemos.

Estando a su lado, muriendo tan lento,
ten la frente muy en alto hasta perder el miedo;
nunca pierdas las fuerzas, aunque pierdas el aliento.

Cerca del final de las ambigüedades,
nunca dudes en hacer lo que tú creas correcto,
todas las respuestas que siempre has buscado,
las tendrás por confirmadas al frenar el vuelo.

Tienes que hacerlo si quieres ayudarte,
siente paz y la armonía y mantente atento;
agranda la honra, mejora el recuerdo:
eso es todo lo que queda cuando fallecemos.

Estando a su lado, muriendo tan lento,
ten la frente muy en alto hasta perder el miedo;
nunca pierdas las fuerzas, aunque pierdas el aliento.